A que se libere insulina cuando sea necesario.

A que tu cuerpo utilice mejor el azúcar, disminuyéndola en la sangre.

Evita que el cuerpo libere sus reservas de azúcar a la sangre, cuando no se necesita.

A reducir la sensación de hambre, por lo que comerás en menor cantidad.

Permite que los alimentos se queden por más tiempo en el estómago y te sientas satisfecho más rápido y por más tiempo.

A que la insulina que fabrica tu cuerpo funcione mejor.